No sé qué es esto. Solo surgió.

Sentí un nudo en mi garganta.

      Estaba cansada de escuchar lo mismo. Ya me lo han repetido miles de veces. ¿Y con qué propósito? No lo sé. Solo sé que me he hartado de todo. No pude evitar gritar de frustración al escuchar lo que tenían que decir mis padres. Sentí sus miradas asustadas observándome cuidadosamente mientras subía las escaleras corriendo hacia mi habitación. Escuché cómo gritaban mi nombre pero hice caso omiso.

      A veces no puedo hablar con nadie de manera cotidiana, así que me quedo callada. Tampoco puedo contarles lo que estoy pensando porque simplemente se irán y me ignorarán como todos siempre hacen. Pensarán que estoy bromeando o que solo exagero. Me asustan mis propios pensamientos. Mi mente es un lugar horrible para habitar, ¿sabes? Me asusta lo frágil que es todo. Me asombra lo fácil que sería hacerme daño. Me asombra lo fácil que sería acabar con todo. Yo no quisiera acabar con todo, claro, pero no puedo evitar pensar sobre aquello. Intenté secarme las lágrimas pero era inútil.

      Me encerré en mi habitación y puse llave a la puerta. No quería ver a nadie. No quería responder sus preguntas estúpidas. Simplemente quería estar sola y no obedecer órdenes de nadie. Pensé, "Te estás comportando de una manera ridícula e infantil, Alexis. Solo sé feliz. Es así de fácil, realmente sí es así de fácil..."

      Caminé hacia mi escritorio lentamente y abrí mi blog para comenzar a escribir una entrada. Llevaba días sin actualizar el blog y yo sentía el deseo de desahogarme con alguien, así que comencé a redactar todo lo que estaba pensando en ese momento, por más absurdos que pudieran parecer mis pensamientos.